La boda de Laura y Jandro se celebro en su pueblo, Corrales y el banquete en Coreses, en el Convento I. Nada más comenzar en la peluquería Mayte, en Zamora, ya quedo claro que iba a ser una boda diferente, porque, yo personalmente, es la primera novia a la que veo desayunar en la peluquería, con su Cola Cao y todo, mientras la peinan y maquillan.
Un poco más tarde, cuando esperábamos por la llegada del novio, Jandro, a la iglesia, nos sorprendió un ruido como el que se oye en la salida del gran premio de motos de Jerez, era la llegada del novio y sus amigos, todos moteros, que venían con sus motos hasta la puerta de la iglesia.
La llegada de Laura fue más tranquila, ella caminando con el padrino y la familia, y gente que se iba uniendo a la comitiva según pasaban, hasta llegar a la plaza de la iglesia que estaba llena de gente esperando a ver a la novia.
La salida de la ceremonia, como no podía ser de otra forma, estuvo llena de rugir de motores, olor a gasolina, y el humo de los tubos de escape, de las motos que estaban situadas a ambos lados de la iglesia para escoltar la salida de los novios, donde los amigos no paraban de acelerar para celebrar la boda. Por supuesto tampoco falto el arroz y el confeti.
De aquí, nos trasladamos a Corrales, al hotel Convento I para continuar con el coctel, que se celebro en un pequeño jardín con mucha sombra y muy buen rollo, seguido de la comida, donde se armo bastante ruido, y la fiesta, en la que se petaba la pista cuando sonaba rock español.
Después de esto los más resiténtes se desplazaron hasta Zamora, donde continuaron la fiesta hasta las y tantas.
Leave a reply