La post boda de Bea y Juan la realizamos en Zamora, aunque su boda se celebró en Benavente, en el restaurante El Ermitaño, que es donde trabaja Juan y algunas temporadas Bea.
Comenzamos la post boda en el casco antiguo de la ciudad, en la zona del Castillo y de la Catedral.
Aprovechando que era día laborable y que estaba abierto, el primer sitio que visitamos para realizar las fotos fue el edificio del Consejo Consultivo, en la plaza de la Catedral.
Comenzamos la post boda en el casco antiguo de la ciudad, en la zona del Castillo y de la Catedral.
Aprovechando que era día laborable y que estaba abierto, el primer sitio que visitamos para realizar las fotos fue el edificio del Consejo Consultivo, en la plaza de la Catedral.
Cuando finalizamos allí nos fuimos hasta los jardines del Castillo.




Luego para cambiar un poco de ambiente y hacer algunas fotos un poco más relajadas nos acercamos a las aceñas de cabañales donde tanto Bea cómo Juan no dudaron ni un momento en subirse a la tirolina.








Y para finalizar la post boda nos fuimos al barrio de Carrascal, que es un barrio situado a las afueras de Zamora, a unos cinco o seis kilómetros, y que tiene una zona de árboles que los pescadores la llaman las pajarancas, por la que pasa el río Duero, y que es muy chula.







Allí, con chapuzón incluido finalizamos la post boda pues se nos metió el sol y como Bea y Juan se habían empapado y estaba refrescando, llegó el momento de cambiarse y volver a Zamora, bueno a Zamora Óscar Antón, el videógrafo, y yo. Bea y Juan volvieron a su casa a Benavente, que es donde viven habitualmente.
Al final, hablando en el coche, todos estábamos de acuerdo en que había sido una tarde divertida, que se nos había pasado volando, que es lo que sucede cuando te lo estás pasando bien. Y eso es de lo que se trata, de hacerse unas fotos de recuerdo y pasar un buen rato.
Al menos esa es mi intención con las post bodas.
Al menos esa es mi intención con las post bodas.
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