La boda de Inés y Dani se celebró en el hotel spa Valbusenda, pero la fiesta comenzó mucho antes, por la mañana en la peluquería Andrea Rincón Estilistas, donde unas compañeras de trabajo de Inés en Zaragoza que se habían desplazado hasta Zamora para la boda se encargaron de animar el cotarro y llevar una botellita de champagne para empezar el día con alegría.
Y para continuar la fiesta Inés quedó con Dani y sus amigos de Oviedo en la zona de pinchos para comer unas bravas antes de continuar con la peluquería.
Dani, junto a su familia, se preparó en el hotel, donde lo esperaba mi compañero Luis, mientras que Inés lo hacía en un pequeño pueblo de Zamora, Villaralbo, en una finca que tienen allí sus padres.
En el momento de comenzar la celebración nos sorprendió ver al padre de Dani con la guitarra en mano, y es que durante la ceremonia, y en compañía de una gran cantante de jazz, amenizó el acto. A esto también ayudaron algunos de los compañeros músicos del novio, pues Dani, que no lo he dicho antes toca el contrabajo.
Y, para continuar con las sorpresas, como Inés había bailado en el grupo de coros y Danzas doña Urraca, al finalizar la ceremonia aparecieron por sorpresa para emocionarla y hacerla bailar algunos temas.
Y a partir de aquí comenzó la cena, en la que también hubo bailes típicos de Zamora, como el baile de la botella, en el que fueron participando muchos de los invitados.
Y ya en la discoteca, pues, lo que pasa siempre en las discotecas, fiesta, fiesta y fiesta. Y tengo que confesar que después de oír a todos los invitados a la boda cantar la canción del abuelo de Víctor Manuel, ahora cada vez que la escucho se me siguen poniendo los pelos de punta.
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